Conocidas por la elegancia y perfecta simetría de sus flores, la familia de las orquídeas comprende una gran variedad de especies entre las que podemos encontrar las phalaenopsis, dendrobiums, cymbidiums, vanda o miltonias, entre otras muchas. Las orquídeas siempre han tenido fama de ser plantas difíciles de cultivar, pero os vamos a demostrar que con unos sencillos consejos crecerán y florecerán año tras año.
Luminosidad
La mayoría de orquídeas necesitan estar en un lugar bien iluminado donde no reciban sol directo. Te recomendamos que las sitúes cerca de una ventana, evitando fuentes de calor y corrientes. Si el sol incide excesivamente en alguna hora del día, los visillos son suficientes para filtrar la luz. Una buena iluminación estimulará la floración y el crecimiento de la planta.
Temperatura
La temperatura ambiente del interior de la casa es adecuada para cultivar los tipos más comunes de orquídeas (procura que las temperaturas mínimas no sean inferiores a 9 o 10ºC). Algunas variedades necesitan períodos con diferencias marcadas de temperatura entre el día y la noche para florecer, pero la mayoría de las orquídeas son lo suficientemente resistentes como para vivir fuera de los rangos ideales de temperatura.
Riego y humedad
Las orquídeas tienen su hábitat natural en las zonas tropicales y subtropicales con una altísima humedad ambiental que obtienen del aire y de la lluvia que escurre por las ramas de los árboles sobre los que crecen. En casa es necesario conseguir una humedad ambiental con métodos sencillos. Uno de ellos consiste en situar las plantas sobre una bandeja con agua y piedras, de manera que la maceta se coloca encima y las raíces no están en contacto con el agua, pero la evaporación de ésta aumenta la humedad del aire.
Por tanto, sus raíces nunca estarán empapadas. La cantidad y la frecuencia del riego dependen de muchos factores como la temperatura de la casa, el tipo de sustrato o el tamaño de la planta. Las orquídeas toleran mucho mejor la falta de riego que el exceso. En las épocas del año cálidas, se podrán realizar riegos de 1 a 2 veces a la semana, mientras que en las frías, una vez cada 2 semanas aproximadamente.
Cuando se riegue, hay que hacerlo en abundancia, es decir, se debe sumergir la maceta en agua para que el sustrato se empape bien y después dejar escurrir el exceso.
Sustrato y abonado
Debemos proporcionarles un suelo ligero y poroso. Lo mejor es optar por la tierra específica para orquídeas que te ofrecemos en Fronda. Estos sustratos se componen de una base de corteza de pino o abeto al que se le añaden diferentes materiales. Entre ellos, destacamos el musgo de sphagnum y fibra de coco.
Las orquídeas obtienen los minerales necesarios para su desarrollo a partir del agua de lluvia que escurre por las ramas, por lo que no requieren grandes cantidades de nutrientes minerales. Al no encontrarse en su hábitat natural, deberás emplear un fertilizante formulado expresamente para ellas.
¿Sabes por qué las orquídeas phalaenopsis se suelen vender en macetas transparentes y con muchas raíces hacia fuera?
Las raíces de las phalaenopsis realizan también la fotosíntesis y es conveniente que no estén en recipientes opacos, para que llegue a sus raíces la mayor cantidad de luz posible. Por tanto, son aconsejables macetas de cristal o vidrio con un buen drenaje.